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Té de hoja de olivo: potente bebida curativa que puede curar las enfermedades más graves

Según los últimos estudios, el té de hoja de olivo tiene más antioxidantes que el té verde, que se considera uno de los tipos más saludables. Cuando hablamos de olivo, a menudo pensamos en sus frutos deliciosos y saludables, pero no muchos saben que sus hojas son sumamente útiles y saludables.

La historia de las aceitunas se remonta al pasado: el olivo puede vivir hasta 3000 años. Los antiguos egipcios usaban hojas de olivo para tratar problemas de salud, y en la Biblia se menciona más de 1,000 veces.

Las hojas de olivo tienen numerosas propiedades medicinales. La oleuropeína, el glucósido monoterpeno amargo, es el compuesto más activo de las hojas de olivo, lo que se relaciona principalmente con su efecto terapéutico. Es este compuesto y los productos de su degradación hidrolítica los que proporcionan una gran actividad antibacteriana.

Las hojas de olivo ayudan con neumonía, gonorrea, tuberculosis, influenza, meningitis, hepatitis B, herpes, etc. Ayuda con la inflamación del sistema urinario, pero también en infecciones quirúrgicas. Está comprobado que la hoja de olivo también previene las infecciones por hongos.

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Los compuestos de las hojas de olivo fortalecen el sistema inmunológico, aumentan la energía, aportan propiedades antivirales, antiparasitarias, antibacterianas y antifúngicas, reducen o incluso eliminan por completo los problemas de salud, reducen la presión arterial, el azúcar en sangre y el colesterol malo (LDL).

Receta de té de hoja de olivo:

Para una taza de té (2-3 dl), necesita de 15 a 20 hojas de olivo secas. Hierva el agua, agregue las hojas y cocine por otros 2 a 3 minutos. Deja las hojas en el agua durante 10 minutos y luego sácalas. No dejes las hojas en el agua por mucho tiempo.

Beba su té frío o tibio. Puedes agregar miel, limón o beberlo solo. Para obtener resultados óptimos, bébalo con regularidad. El té de hojas de olivo también es una buena medida preventiva. Tiene un sabor suave.

Siempre recoja las hojas en primavera cuando son jóvenes. Lávalas bien y déjalas secar de forma natural. Posteriormente, puedes guardarlos en un recipiente cerrado.