Hay algo innegablemente encantador en la miel; el producto del néctar de las flores transformado por las abejas, como por la alquimia, pero de hecho a través del acto mucho menos poético de la regurgitación, en un dulce elixir dorado.
Se ha demostrado que este líquido dorado ayuda a reparar dolencias que van desde una tos molesta hasta una herida dolorosa.
El timol le da al tomillo su sabor distintivo. Tiene fuertes propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias, lo que es excelente para los pulmones. El timol es un potente antioxidante que destruye los radicales libres.
Receta
- 1/2 tarro de miel
- 40g de tomillo seco
Revuelve la hierba en el tarro de miel. Si la mezcla es demasiado espesa, vierta 50 ml de agua purificada. Puedes purificar el agua hirviéndola primero.
Revuelva bien y mantenga el frasco en un lugar cálido durante 2 semanas.
Revuelva el contenido de vez en cuando. Colar la mezcla con una gasa o un colador de té. Tome una cucharada del remedio dos veces al día.