Gracias a sus propiedades benéficas, el extracto de la hoja de olivo ha sido ampliamente estudiado por científicos, quienes han encontrado que este elemento es muy eficaz contra muchas enfermedades.
Estos beneficios abarcan la protección del sistema cardiovascular e inmunológico, aumentar la energía, prevenir la diabetes y el Alzheimer y promover una presión arterial saludable. Se sabe que a lo largo de la historia estas hojas han sido utilizadas por sus propiedades medicinales para tratar la fiebre y para combatir la malaria.
Hoy en día sabemos que el olivo posee muchos compuestos antibacterianos que ayudan a combatir infecciones como la diarrea, la hepatitis B, la meningitis, la influenza, los virus del herpes, la cándida, la malaria, el dengue, la tuberculosis, el resfriado común, la gonorrea y las infecciones producto de las cirugías dentales.
Además, se ha comprobado que su extracto previene la oclusión coronaria, protegiendo al corazón y a los vasos sanguíneos. También se descubrió que tener un consumo constante y regular de este extracto revierte la arteriosclerosis.
El olivo y sus propiedades se han hecho tan populares que se han creado dietas con altas cantidades de este ingrediente. Si deseas comenzar a hacerlo parte de tu dieta, puedes utilizarlo como aceite o si quieres ser más naturales, añade hojas de olivo a tus platillos.
Puedes encontrar este ingrediente en cápsulas, aceite o en hojas. También es posible que prepares un té con el extracto y que lo endulces con miel, pero no hay ningún problema si decides colocarte las gotas directamente sobre la lengua.