Tienes una reunión especial y, aunque ya te ves fabulosa, sientes que a tu outfit le hace falta un toque especial: joyería. Pero resulta que tu joyería de fantasía ha tomado un color oscuro. ¡No las tires! Busca por cada rincón de tu hogar esas piezas de fantasía oxidada, te enseñaremos a limpiarla.
Tanto el cobre como el níquel suelen ser los metales culpables de la oxidación de tus joyas. Es perfectamente normal que tus piezas se arruinen o se manchen con el paso del tiempo, pero nada que no se pueda solucionar.
Hay algunos cuidados básicos para evitar que tu bisutería cambie su aspecto, entre ellos, cubrirla con esmalte transparente o rociarla con spray para el cabello para evitar que se descarapele.
¿Cómo recuperar la joyería de fantasía oxidada?
Debes saber que este fenómeno es completamente natural. La oxidación ocurre cuando el material está expuesto al aire, luz o humedad resultando en una unión química que crea un color verdoso o bronce. Aunque a la plata también le pasa, es más difícil cuidar de la bisutería:
- Con bicarbonato de sodio. Con un paño humedecido y un poco de bicarbonato, limpia toda la superficie. Después, aclara con agua limpia
- Bicarbonato de sodio y vinagre. Si el óxido es muy resiente, combina vinagre blanco con bicarbonato y sumerge tus piezas por algunos minutos.
- Con pasta de dientes. Lava bien con agua y jabón, cubre con pasta de dientes durante unos minutos y luego vuelve a lavar con agua y jabón.
- Usa refresco de cola. Asegúrate de que las joyas queden sumergidas por completo en un recipiente con refresco de cola y, luego, pásalas por agua limpia.
- Un paño para joyería. No son costosos y basta con que los pases constantemente sobre la superficie de tus piezas. Es un truco útil cuando la oxidación apenas es perceptible.
Además, la magia de todos estos remedios reside en aclarar siempre con agua, secar cada pieza con una toalla de papel y, luego, al aire libre. Así evitas todo tipo de humedad.
Reúne esas piezas de joyería de fantasía oxidada que tienes en tu hogar y recupéralas.
